jueves, 12 de noviembre de 2015

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es una enfermedad causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Este virus ataca fundamentalmente al sistema inmunitario, destruyendo las defensas del organismo y haciendo que la persona infectada padezca enfermedades y tumores.
Hablar de infección por VIH y de SIDA no es exactamente lo mismo. Cuando un individuo se infecta por el virus, este pasa a la sangre y nuestro organismo produce anticuerpos frente al mismo, que pueden detectarse con una prueba analítica y que sirven para diagnosticar la infección. Sin embargo, pueden transcurrir meses y años hasta que aparecen los primeros síntomas; es entonces cuando se habla de SIDA propiamente dicho.
Concretamente, el VIH pertenece a la familia de los retrovirus, cuya principal característica es disponer de una transcriptasa inversa o retrotranscriptasa , enzima responsable de transformar la información genética del virus en ADN, del tal manera que éste pueda utilizar las células del hospedador para dividirse.

¿Cómo se transmite la enfermedad?

Hasta el momento solo se han demostrado tres posibles vías de transmisión de VIH entre seres humanos:
  • Parenteral. Por exposición a sangre, sus derivados o tejidos transplantados. Esto puede originarse por transfusiones o transplantes sin control sanitario adecuado o por compartir agujas, jeringuillas u otros utensilios utilizados en el proceso de preparación y administración de la droga, contaminados con sangre de un portador.
  • Sexual. Se produce como consecuencia de la exposición a través de una práctica sexual (vaginal, anal u oral) con el semen, la sangre o secreciones vaginales de una persona portadora del VIH (infectada).
  • Vertical (perinatal): De madre infectada a su hijo, durante el embarazo, el parto, o la lactancia. Supone el 1,3% de los casos registrados en España.

¿Cómo NO se transmite?

El VIH no se transmite en los contactos cotidianos: besos, caricias, WC públicos, tos, estornudos, vasos, cubiertos, alimentos, lugares de trabajo, colegios, piscinas...
Tampoco se transmite a través de la saliva, las lágrimas o el sudor; ni por picaduras de insectos o por el contacto con animales domésticos.
La donación de sangre no comporta riesgo alguno de infectarse, siendo una acción generosa que deberíamos potenciar.

¿Qué síntomas produce? 

Entre dos y cuatro semanas después de la infección, la mitad de los sujetos experimentan un cuadro caracterizado por fiebre, cefalea, adenopatía, mialgias y erupciones exantemáticas (conocidas como síndrome mononucleósido , por su parecido con los síntomas y signos de la mononucleosis infecciosa, provocada por el virus de Epstein-Barr). Durante esta fase, se produce una fuerte distribución del virus por todo el organismo, pero con especial intensidad en el tejido linfático y en el sistema nervioso central.
A continuación, se entra en un período de aparente equilibrio, que puede durar desde semanas a meses, o incluso años, pero el VIH se sigue multiplicando e infectando a otras células. Actualmente, se acepta que hay un 5-10% de “progresores” rápidos, un 80-90% de progresores típicos y otro 5-10% de progresores lentos. Durante esta fase crónica de la infección por VIH se pueden detectar una elevada carga viral en los ganglios linfáticos, que suelen estar aumentados de tamaño.

Prevención 

Dado que no existe un tratamiento que cure definitivamente la enfermedad, la medida más eficaz es la profilaxis:
Manteniendo relaciones sexuales seguras: usar correctamente el preservativo (masculino o femenino), especialmente con personas infectadas o de las que desconoces si lo están. El uso del preservativo impide la transmisión sexual del VIH, otras infecciones de transmisión sexual y los embarazos no deseados.
Utilizando siempre material inyectable estéril: evitar el uso compartido de jeringuillas, agujas y otros útiles de inyección, en caso de consumir drogas inyectadas.
  • En caso de embarazo hay tratamientos que reducen eficazmente el riesgo de transmisión del virus durante el embarazo y parto. Una madre infectada no debe dar el pecho a su bebé.

Tratamiento 

Hace ya una década que se empezaran a utilizar en Europa los medicamentos que se prescriben con mayor frecuencia para tratar el SIDA en la actualidad: los llamados antirretrovirales.
Los medicamentos antirretrovirales se dividen por su mecanismo de acción en:
Inhibidores de la transcriptasa inversa:
 
- Nucleosídicos (NRTI): didanosina, estavudina, lamivudina, zalcitabina, zidovudina, abacavir, emtricitabina, tenofovir disoproxil, adefovir, entecavir, telbivudina.
- No nucleosídicos (NNRTI): nevirapina,efavirenz, etravirina y rilpivirina.
Inhibidores de proteasa (IP): indinavir, nelfinavir, ritonavir, saquinavir , amprenavir, atazanavir, fosamprenavir, tipranavir, darunavir, lopinavir, boceprevir, telaprevir y simeprevir.
Todos los fármacos anti-VIH tienen dos limitaciones importantes: por un lado, la incapacidad de erradicar totalmente el virus, incluso mediante politerapia, es decir combinaciones de fármacos, y por otro lado, la aparición de resistencias.
  

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